A continuación, queremos exponer los criterios en los que nos basamos a la hora de elegir a los miembros de nuestro “equipo principal”, así como a los eventuales colaboradores para casos específicos.

Para que nuestro lema de “servicios lingüísticos de calidad con conocimientos específicos profundos” no sea solo un eslogan, a la hora de seleccionar a nuestros colaboradores, prestamos atención a múltiples factores y no solo a las capacidades lingüísticas tradicionales. De ahí que también tengamos en cuenta el éxito de los compañeros en competiciones terminológicas, su experiencia práctica en el campo de especialización pertinente o su carrera académica correspondiente, los comentarios obtenidos de clientes, sus certificaciones/menciones de honor en relación con la mediación lingüística, la información sobre su experiencia en la traducción, la expresión y el estilo en la correspondencia y en el currículum. En algunas ocasiones incluso encargamos pequeños proyectos de traducción para “tantear” el potencial existente.

A través de nuestro propio sistema de gestión de calidad garantizamos de forma continuada, es decir, en paralelo al trabajo de las compañeras o los compañeros y en la fase de control antes de la entrega del servicio, que el proceso seguido sea conforme con las más altas expectativas de nuestros clientes.

Cuando encargamos una traducción a una traductora o un traductor o cuando formamos un equipo para un proyecto (en el caso de encargos urgentes o de proyectos que impliquen múltiples combinaciones lingüísticas), nos comprometemos a que los documentos traducidos mantengan un formato muy similar al original, muy próximo a como si lo hubiéramos traducido nosotros mismos.

Principio limitado del hablante nativo con énfasis en la capacidad profesional

Si dos candidatos son igualmente buenos para la tarea solicitada desde el punto de vista lingüístico y profesional, nosotros nos decidimos por colaborar con el hablante nativo del idioma de destino.

(Si en términos generales el hablante nativo está más capacitado que el que no es nativo, por supuesto también recibe el encargo.)

En esta variante se puede solicitar adicionalmente de forma opcional y con un costo extra que se realice la corrección profesional del texto mediante un segundo hablante nativo que esté comprobadamente cualificado en esa área específica. Nuestra actividad interna de finalización y, de ser necesario, también de comparación y corrección de los textos en los pares de idiomas que nosotros mismos cubrimos como correctores (ver Servicios) está ya incluida en el honorario de traducción en las traducciones que realizamos externamente.

Ocasionalmente, un traductor que no sea hablante nativo puede ser más adecuado que un hablante nativo del idioma de destino, por ejemplo porque tenga conocimientos más fundados de la especialidad, o bien –esto también sucede en ocasiones– porque domina mejor el idioma de destino que un hablante nativo con conocimientos especializados comparables. En estos casos, nosotros revisamos a fondo si el no hablante nativo es capaz de realizar una traducción que cumpla con los requerimientos para el tipo de texto correspondiente, y si ésta cumple completamente con el objetivo comunicativo del texto fuente en el idioma de destino. Para asegurar la calidad del texto, nosotros pasamos esta traducción en un segundo paso a un lector especializado que es hablante nativo del idioma de destino. De esta manera garantizamos que la traducción no solamente sea precisa desde el punto de vista de la especialidad y adecuada desde el punto de vista estilístico, sino también que se hayan captado todas las sutilezas lingüísticas que solamente domina un hablante nativo, asegurando de esta manera el “factor nativo” en cuanto al idioma. Si el texto de destino es en inglés o alemán, y nosotros nos sentimos seguros en el tema de la especialidad, nosotros mismos llevamos a cabo este último paso. En algunos pocos casos, si no dominamos el idioma fuente, puede ser necesario, también en un caso como el mencionado al final, llevar a cabo una segunda corrección que se le debe cobrar al cliente, pero por lo regular esto ya queda cubierto con los honorarios de traducción. Cuando nosotros mismos realizamos el proceso de finalización en un solo idioma o corregimos el texto destino, comparando los dos textos, no cobramos nuestros servicios de forma adicional.

Desde luego, el cliente puede decidir por razones de costo no realizar un proceso de finalización con un hablante nativo. Pero esto solamente debería realizarse con textos que están destinados al uso interno y/o tienen un carácter puramente informativo.

Nosotros nos hemos especializado conscientemente (por razones de un proceso de trabajo sin problemas, de administración de capacidades y de aseguramiento de calidad) en determinados pares de idiomas y especialidades. Pero también cuando recibimos un encargo para una traducción en un par de idiomas menos común o en una especialidad que no esté incluida en nuestro portafolio de especialidades, normalmente podemos conseguir colegas experimentados para nuestros clientes.